sábado, 24 de julio de 2010

La verdad contada por ella...

Después de descansar un ratito en el hotel tras taaaanta carretera nos pusimos guapos y salimos a cenar. Dimos un paseito por el Mirador del Óvalo, que nos descubre su impresionante escalinata que recoge en su centro una espectacular escultura de los amantes de Teruel tallada en alabastro, mostrando ese momento en el que Isabel se desploma muerta de amor sobre el cuerpo de su amado, muerto también por amor. La trágica y romántica historia de amor de Diego e Isabel impregna todo en Teruel, como un estandarte de los amores imposibles de la época.

Empieza a refrescar y decidimos ir a cenar. Pero ¿dónde ir?. Pensé que era buena idea sondear a los del lugar, ¿quién mejor que ellos para indicarnos sitios buenos de la tierra? El niño palidece primero y enrojece después con la idea, como si de repente alguien se hubiera "esplumao" y le apuntaran con el dedo. Pero yo decido por unanimidad que nos llevará a buen sitio y me lanzo hacia los primeros aborígenes que aparecen por la esquina bien dispuesta. Nada más iniciar el movimiento, Laure empieza con un tembleque extraño que cualquiera diría que terminará con un "¡¡¡cuerpo a tierra!!!". El caso es que yo pregunto, la parejita responde, y al final cenamos en "Los Juncos" sin que nadie sufra daños colaterales. Por cierto, un original montadito de gulas envuelto en jamón de Teruel sobre pan tostadito que está de muerte.

Al día siguiente, visita guiada. La guía es muy simpática y nos cuenta un montón de cosas. He aprendido lo que es el mudéjar y sus simbolismos, y alguna nueva historia de amor que, por supuesto, acababa con uno de los pretendientes muertos y, tras él, la pretendida que de quién verdaderamente estaba enamorada era del malogrado. Se ve que aquí en Teruel era muy peligroso enamorarse hace unos cuantos siglos... No sabemos si la cosa ha mejorado....

A la hora de comer: jamón de Teruel. De esto no nos cansamos, y cada vez nos gusta más. Ahora que estamos en Cuenca no sé qué cenaremos, habrá que leerse la carta....

El camino hacia Cuenca ha sido precioso. En toda esta zona navegamos siempre a través de un mar verde de pinos con orillas doradas de trigo... Y he de decir que en alguna zona ha habido una reciente repoblación... No sabremos si habrá sido "perfect" o no.... Llegando a Cuenca empezamos a ver campos de girasoles, y el Laure empieza a flipar con las flores. En un momento dado dice que quiere coger un girasol, así que en cuanto puedo me hago a un lado pa que el niño coja flores. Claro, del campo en el que están sembrados. Pero a ese hombre había que verlo. Nada más imaginarse asaltando el campo sembrado pa coger su girasol se me ha puesto rojo y ha empezado a decir: "Que no mujer, que no quiero girasoles, tira palante enga tiraaaa". De momento he captado lo que ocurría (es que el niño es mu honrao, incapaz de sisar ni una pipa), así que un poco más adelante he encontrado uno solitario en el camino, y ahora el Laure está la mar de contento con su flor.

En este momento estamos en el hotel viendo en la uno una peli de la Lola Flores, con bandoleros y todo, y está flipando con el guión. Ya lo conocéis. Tendré que arrancarlo de la tele pa irnos a cenar, porque la faraona lo tiene hipnotizao....

Hale, taotra.

2 comentarios:

  1. La verdad contada por ella me resulta mucho más entretenida. Los detalles sobre las repoblaciones, los enrojecimientos y las honradeces de los personajes, dota a la narración de conexiones con nuestra más cercana realidad.

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  2. Jajajajajaja!!! Ciertamente esta versión es más realista... ¡Ay que ver, Laure!

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